miércoles, 28 de diciembre de 2011

ENTREVISTA CON DIOS

Esta es la historia de un hombre que tuvo una entrevista con Dios.
Cuando comenzó el viaje, se encontró en un centro en donde afluían tres senderos y estos, a su vez, se conectaban entre sí en tres centros, que se encontraban más adelante .
Por este motivo y como no sabía que sendero tomar, decidió realizar su viaje en forma de espiral, atravesando los tres caminos.
Ya en su viaje, se encontró, en uno de los caminos laderos, con un señor que estaba sentado en un escritorio estudiando. A su espalda se erigía una gran biblioteca repleta de libros.
El peregrino, con gran curiosidad decide preguntarle al estudioso: -" ¿que está estudiando?"  -.
El señor muy ofuscado le responde: -"  ¡¡¡no me moleste hombre!!!. Estoy estudiando los secretos de la vida"-. El peregrino, molesto con la abrupta contestación y con el auto estima tocada, le responde con aires de superioridad: -"  hoy tengo una entrevista con Dios. ¿Quiere qué le pregunte algo de parte suya? "  - . 
-"   ¡Sí!, pregunte, ¿cuántas vidas me faltan para recibir la Iluminación? "  -.
De esta, forma y con el auto estima recuperada, el peregrino sigue su marcha por los senderos, que lo llevaban hasta Dios. Pero, en el camino ladero, opuesto al anterior, el caminante se encuentra con un niño que danzaba alrededor de un árbol. Nuevamente, la curiosidad invade al peregrino y le pregunta al niño: -" ¿Ah qué juegas? "-. El niño sigue su danza, sin que las palabras lo inquieten de algún modo. 
Por supuesto, esto molestó al viajero, quien volvió a preguntar en un tono más alto: -"  ¡¿Ah, qué juegas?! " -, pero la respuesta, fue la misma. Ya exacerbado por el enojo, el caminante sigue su viaje, pensando para sí mismo, que también le iba a preguntar a Dios por las vidas que le faltaban al niño para recibir la iluminación. 
De esta forma, llega al último centro, el más elevado, en donde los senderos, conectados entre sí, vuelven a ser uno como al principio del viaje. En ese lugar, mantiene la entrevista con Dios y decide bajar en forma de espiral, pero en sentido contrario, para dejar su encuentro con el niño en último lugar.
Por lo tanto, al primero que encuentra es al señor estudioso y le dice: -"  Ya me entrevisté con Dios y le hice la pregunta que me pidió"  -. El señor deja el libro a un costado: -" ¿y, qué dijo? "-.
-"  Me respondió, que le faltan dos vidas para que reciba la Iluminación "  -. Esto, produjo un profundo malestar en el estudioso, quién a forma de descargo alegaba: - "  ¡¡¡Como puede ser que me falten dos vidas, si solo me falta leer este libro, debe de haber un error, esto no puede ser!!! "  -.
El peregrino, continua su viaje en forma tranquila, ignorando al académico molesto. Ya en el sendero opuesto, se encuentra nuevamente con el niño y en forma de revancha, le dice: - "  hoy me entrevisté con Dios "  -. Pero la respuesta, por parte del niño, al igual que las anteriores, fue danzar alrededor del árbol. Pero el viajero, seguía empecinado en su empresa: - "  le pregunté, cuantas vidas te hacían falta para recibir la Iluminación " - . En ese preciso momento, el niño detiene su danza y pregunta: - " ¿Cuántas? " - .
- "  Me dijo, que te faltaban tantas vidas, como hojas tiene ese árbol " - . Sin embargo y contrariamente a lo que el peregrino pensaba, el niño mirando hacia arriba, dice: - "  ¡¡¡gracias, Dios!!!, existiendo tantas vidas y que solo me falten las hojas de este árbol, es un gran premio para mí "  - .
En ese instante, el niño recibió la Iluminación.

Cristhian Romero.-

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