jueves, 22 de diciembre de 2011

ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA

Procurando no se pierda,
lucha mi Alma Celeste
con su gemela terrestre,
plantada sobre la Tierra.

Los pocos lo lograrán.
Los muchos que de otro modo
con sus alas destrozadas
a los regolfos llamadas,
son fundidas en su todo
y del Todo volverán.

Cuando tu Alma en capullo
siente el mundo mundanal
y responde a la rugiente
voz de ilisión banal.
Cuando con mezcla de orgullo
vives tu vida presente,
tu Verbo es solo murmullo
y así va tu tu vida ausente 
del motivo principal.

El trazar así tu historia
ajeno a la Realidad;
te lleva al ancho sendero
ausente de Libertad
y así van mente y memoria,
rumbo al despeñadero,
a la piedra de la noria
y luego de allí al caldero
que es fuente de unidad.

De allí Maya, la hilandera, 
nuevas hebras tomará
y al Tapiz de la Existencia,
otras Vidas brindará.
Otro Ser así naciera
-nueva forma de consciencia-
La Vida Una y Primera,
continúa su presencia,
siempre fue y así será.

Más otro camino habrá
al silente pasajero
que por la Senda se afana.
Quien de equipaje ligero
-pues imposible será
llevar gloria ni fama-
sólo la puerta abrirá 
aquel que claro proclama,
"  pasen los otros primero".

Pero... solo pasará.
Cruzará con mano incierta,
pues a él sólo estará
del Umbral, franca la Puerta.

Mientras los otros, todos,
con sus Almas de la Tierra,
aunque ninguno se pierda
con sus alas destrozadas,
a los regolfos llamadas,
caen en el torbellino
por la fuerza del destino.

De ti, ¿cuál será el camino?
TÚ! Silente Peregrino...

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